VINCULO HISTORICO
El vínculo histórico entre el área de la DO, el producto y el sistema productivo del salame tiene sus inicios aproximadamente hace un siglo atrás, a partir de un proceso que aporto beneficios a producto y región. La tradición de la elaboración de embutidos surge en Tandil de la mano de la corriente inmigratoria proveniente de las regiones de Italia mayoritariamente, y de España, que entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX arribaron masivamente al actual partido de Tandil. Los inicios de la actividad que haría famosos a los salames tandileros tiene, en esta región, una impronta muy particular, asociada al asentamiento de pequeños establecimientos elaboradores urbanos. Existen referencias en documentos y guías locales “de la década del ‘80, del siglo XIX”, acerca de la existencia de algunas carnicerías y charcuterías ya famosas en el lugar. Desde las familias de los Anglada, Borgonovo, Cagnoli, Ortega, Menéndez y Testa, se construyeron los cimientos de una marca que distingue a los salames elaborados en Tandil y que los “más nuevos” en esta industria, como las familias Panighetti, Echezarreta, Etchechoury, han tomado como desafío para continuar. En síntesis, más de 100 años de vínculo entre actividad y región, escritos siempre por la mano de la actividad elaboradora, desde las pequeñas carnicerías o charcuterías de índole familiar de principios de siglo XX, algunas de las cuales aún están presentes, a las modernas fábricas de chacinados actuales, que a pesar de sus diferencias comparten con aquellas la impronta de la dirección familiar y el respeto por el tradicional producto.